La clave de las cosas

Este pasado fulbito ha sido uno de los más difíciles de organizar. El jueves casi se suspende por que éramos solo 5… cancelarlo parecía lo más fácil. Finalmente juntamos 11 contestantes (por delay en los mails) por lo que, pidiendo perdón, le cancelé a un amigo de un amigo que iba a venir. Parecía un nuevo sábado de fútbol, aunque sin algunos de nuestros próceres. Luego, entre el viernes a la noche y la mañana del sábado, lo inesperado: tres importantes bajas por gripe y otros achaques. Éramos siete y todo estaba perdido, nuestras ilusiones volaron al tacho. Suspendo la cancha en Marangoni, llamo a los jugadores para hacer la penosa cadena de suspensión, y con eso sentencié a muerte a nuestro querido fulbito de ese sábado… más de una novia o esposa estaría contenta de tener para ellas a su media naranja, pero esta estaría pensando con nostalgia en una gambetita y un zapatazo desde quince metros al arco… y bueno.

Para colmo, me llamaron inesperadamente para jugar otro partido en cancha de once, y cuando llego, ya habían empezado hacía cincuenta minutos… este regalo de diez minutos, jugando de medio centro lateral de carácter ofensivo, me dejó con más ganas que satisfacciones, como esas niñas adolescentes… todo era una burla, el dios Odín me orinaba desde las alturas mientras se reía y le guiñaba el ojo a una diosa gorda que pasaba por ahí…

Sin embargo, al mediodía, en la hora en que las cenizas se unen en una milagrosa argamasa vital para revivir al Ave Fénix, la misericordia de los dioses se manifestó en la trasnochada voz ronca de Cardo, diciendo que tenía tres o más jugadores confirmados!! Se lanzó el operativo de rescate, e irónicamente volvíamos a ser once jugadores! Era como si otro dios hubiera borrado la existencia del número 10 de nuestro mundo! Los niños contarían “7,8,9,11!!”, Maradona tendría el número 11 en la espalda! Hasta me fijé cuantos dedos tenía en la mano, y al contar 10, me tranquilicé y volví a llamar a Cardo para que cancele a uno de sus invitados. Finalmente fuimos los 10 a la cancha, en un día soleado, justo para el encuentro. Una sorpresa más nos aguardaría: Cardo realizo una hábil maniobra despótica al armar los equipos, inclinando la balanza a su favor. Luego aclaró que Gonza no estaba con una buena temporada en cuanto a resultados en su campeonato de fútbol 11 y “necesitaba una alegría”…

Equipo Fénix:

- Cardo (alias Little Maquiavelo)

- Gonza ( alias Necesito un gol)

- Tito (alias el Cabezon Ruggieri)

- Pancho ( alias My Little Pony con esteroides)

- Amigo de Cardo

Equipo Cara de Ceniza:

- Tincho (Gaga trasnochado)

- Amigo de Cardo II

- Marcos (amigo de Javi) (con dos hamburguesas todavía en el esófago)

- Walter (amigo del amigo de Javi)

- Javi (Latigo de hule)

El partido fue uno de esos donde un equipo domina al otro casi todo el partido. Los primeros quince minutos recibimos una rápida vacunación con una serie de goles. Luego la ilusión, donde mas o menos se emparejó la cosa, nosotros marcando casi bien, y acortando la diferencia de goles… y luego la realidad nos abofeteó, los goles en contra nuestra se sumaron, y llegó la derrota. A mí me gustó, tratando de ponerle garra para levantar el partido, pero posiblemente para los oponentes haya sido algo aburrido, como un gatito jugando con una laucha malherida…

Al final, las fotos. Nos fuimos a la pared pintada a sacarnos la foto. Primero alguien le preguntó a un señor: “¿Nos saca una foto, señor?”, “No gracias” respondió. Por lo menos era educado. Luego pasó una pendeja que rajaba la tierra, “No nos sacas una foto?” Y la muy perra ni contestó, se fue meneándose. Finalmente una señora muy buena nos sacó esta foto:

Lo que me pareció muy positivo, la clave de las cosas, fue que Cardo se puso las pilas y se encargó de que se hiciera el partido; con este tipo de actitudes, tenemos fulbito para rato…